El movimiento Art Nouveau surge en un contexto destacado por la incorporación de la máquina a las llamadas artes industriales. Se produjeron entonces la racionalización del trabajo dentro de los centros de producción, el empleo de nuevos materiales como el hierro fundido, el cristal y el acero, los nuevos estudios científicos desarrollados gracias al avance tecnológico de la época y la nueva organización económica que produce un rápido crecimiento del capital.
Unido a este cambio en la producción industrial, se produce en surgimiento de una nueva estructura social. Si bien a comienzos del siglo es la burguesía adinerada el mayor sector demandante, a partir de la segunda mitad de XIX será la clase media la que exija nuevos productos de coste no elevado que satisfagan sus nuevas necesidades.
Ésto dará lugar a la elaboración de un nuevo tipo de producto industrial de menor calidad, dirigido a esta clase media.
Pero esta situación pronto provocará la aparición de detractores, pensadores y artistas que demuestran su aversión al movimiento maquinista culpable de la falta de interés artístico-estético que provocan los nuevos productos, pretenden la recuperación del producto artesanal, construido con técnicas olvidadas que debían ser recuperadas para dejar a un lado las producciones en serie y las imitaciones de los materiales nobles que degradaban los productos finales. Es por esto que no es de extrañar encontrar en el mercado una amplia variedad de objetos de esta época de calidad diversa.
Durante la época, la industria del vestir experimentó un gran cambio no sólo por los sistemas de producción. La moda inglesa se impuso en el traje masculino y con ella el uso del bastón, accesorio que dota de distinción y elegancia a su portador, a demás de marcar el carácter dominante del varón.
La figura del Dandy expuesta por Alain St Ogan en la época impone el bastón en el vestir, surgiendo, con la generalización de su uso, curiosas normas de protocolo. Vemos cómo este accesorio es protagonista en la vida social del momento.
Se acondeja el uso del bastón rústico de madera y cuero de ganso hasta las 10 de la mañana. El bastón de día, para visitas de negocios y reuniones y por último, el bastón de mailloche de marfil y palo de madera de perfil anguloso y sección cuadrada.
Para la tarde, el bastón de teatro hecho de madera noble con pomo de marfil de forma simple y pequeño. A pesar de las imposiciones de la moda, existe un modelo clásico que permanece ajeno a las influencias de ésta, se trata del bastón de empuñadura curva, que se sostiene sólidamente en la mano, se cuelga fácilmente en los percheros y colgado del brazo permite cómodamente encenderse un cigarrillo. Los caballeros se enorgullecen de llevar elegantemente sus bastones de maderas nobles ya que son signo de elegancia y carácter.
Para ellas el bastón aporta posturas erguidas que favorecen la elegancia natural y ritmo al caminar, fomentado la educación del tacto, la inteligencia y una especial sensibilidad.
La industrialización de la producción de bastones produjo nuevas tácticas de venta en el mercado, en galerías y establecimientos comerciales. Gracias a la publicación de catálogos y de exposiciones los productos se presentaban al púbico a precios asequibles.
La amplia variedad de empuñaduras hace del bastón un verdadero objeto de expresión para los diseñadores. La figura femenina es un recurso frecuente en los bastones modernistas, reflejo del orgullo masculino. Las formas se hacen ligeras y voluptuosas, adoptando en ocasiones posturas imposibles para adaptarse con comodidad a la mano de su portador. Los temas relacionados con la naturaleza, vegetales y animales también son protagonistas en las empuñaduras modernistas adoptando elegancia es sus formas curvas tan propias de esta movimiento artístico.
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