~NETSUKE~

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Netsuke es el nombre que reciben las esculturillas en miniatura que forman parte del la vestimenta tradicional japonesa. Éstas son muy apreciadas por los coleccionistas debido a su excepcional factura. 

La producción de Netsukes data del siglo XVI. En el mercado de las antigüedades pueden encontrarse ejemplares de diversos materiales como son el marfil, el hueso o la madera; y formas diferentes, entre otras, personajes populares, dioses, animales o seres fantásticos. 

A la hora de analizar una de estas piezas de marfil debe tenerse en consideración los siguientes aspectos: la veta del marfil, la pátina natural, que sea pesada y fría al tacto y que presente un tono ligeramente sepia. Si el observador sospecha que puede tratarse de una pieza falsa realizada en resina, puede procederse del siguiente modo: calentar una aguja muy fina hasta el rojo vivo, en la base de la pieza o en lugar no visible introducirla cuando aún esté caliente, si ésta penetra en la pieza, es prueba indiscutible de que se está frente a un falso hecho en resina, ya que si fuera de marfil, esto no ocurriría. Si no es posible llevar a cabo este procedimiento, deben entonces tenerse en cuenta los siguientes aspectos: la ausencia de pátina, un color crema uniforme y que la pieza sea poco pesada y templada al tacto.

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~AJUAR DOMESTICO~

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Desde tiempos medievales la madera ha sido usada para elaborar objetos de uso doméstico. En la actualidad, a pesar de que la función de muchos de ellos ha quedado obsoleta, son numerosos los coleccionistas que adquieren estas piezas por su valor decorativo. 

A la hora de analizarlas debe prestarse especial atención al uso para el cual la pieza fue elaborada, al tipo de madera, a la decoración tallada, a la pátina, y a posibles inscripciones que indiquen fechas, iniciales o aporten otro tipo de información. Teniendo en cuenta estos elementos podrá distinguirse una pieza antigua de otra que no lo es, e incluso podrá determinarse su cronología aproximada.

Las piezas más populares de ajuar doméstico datan del siglo XVII, siendo las maderas más usadas el olmo, el nogal, el haya, el tejo y las maderas de árboles frutales. A principios del XVIII pueden encontrarse también piezas de pino y arce y será a mediados de este siglo cuando aparezcan enseres elaborados en maderas exóticas como el palosanto, la  caoba, el ébano y la teca.

Son muy apreciadas en el mercado de las antigüedades: las tabaqueras, los moldes para dulces de elaboradas tallas, las jarras del norte de Europa, los saleros y otras piezas de formas y usos que hoy resultan muy peculiares.

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