El XIX en España fue un siglo sumergido en importantes cambios políticos. Tras un reinado absolutista, Fernando VII muere en 1833.Al Monarca le sucedió en el trono su hija Isabel quien contaba en ese momento con tres años de edad por lo que fue necesario que su madre, María Cristina de Borbón, asumiera la regencia del país hasta el año1840. El General Espartero asumió el control de la situación del país hasta 1843, cuando a sus trece años es declarada la mayoría de edad de la Reina Isabel lo cual la capacitaba a asumir el trono.
Durante todo su reinado se consolidó el difícil tránsito en España desde un Estado absolutista a otro liberal-burgués, no sin una serie de cambios que afectaron al régimen político y al sistema económico y social lo que provocó complicadas intrigas de salón, enfrentamientos civiles, y revoluciones de distinto signo. Mientras isabelinos y carlistas se enfrentaban en pugnas dinásticas, los republicanos y anarquistas deseaban la desaparición de todas las dinastías reales.En este entorno tan plural, los artesanos del mueble plasmaran su sensibilidad a los cambios como es propio del movimiento artístico romántico de la época, desarrollando un estilo de mobiliario imaginativo, plural y asequible.
El estilo Isabelino tiene un inicio prolongado. Ya a finales del siglo XVIII la industria del mueble prometía un magnifico auge en España. Las zonas de Cataluña, Valencia y Baleares empezaron a reunir una serie de pequeños y medianos industriales del mueble que superaban el panorama artesanal de épocas anteriores.
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La invasión Francesa en 1808 frenó el ímpetu innovador de la revolución industrial de ebanistas y carpinteros, sin embargo se produjo una compensación involuntaria con la aportación de nuevas tendencias y gustos a la carpintería española que al igual que la francesa, influenciadas por el espíritu romántico, retomó los estilos Luis XV y Luis XVI. Volvió el gusto por lo medieval y lo exótico que se tradujo en el uso de ornamentos góticos, de marqueterías de maderas oscuras sobre fondo más claro y viceversa, y el uso de maderas de importación como la caoba, el ébano o el palosanto junto a otras locales como el nogal y el pino.
La industria del mueble desarrolló un gusto afrancesado, la mecanización del sistema de producción fue cada vez mayor lo que permitió construir muebles en serie. Los ebanistas catalanes fueron referentes en el sector del mobiliario español del siglo XIX convirtiéndose en los principales productores de mobiliario y recibiendo el reconocimiento de su buen hacer. Así la Exposición Universal de París de 1855 premió a tres ebanistas y siete años más tarde, otro catalán Josep Serra obtenía una medalla de primera clase en la Exposición Universal de Londres.
En 1840 ya aparecen listas de profesionales del mueble en Barcelona, en las que se hace distinción entre ebanistas, silleros y carpinteros, lo cual indica la existencia de especialización dentro del floreciente sector industrial del mueble que producirá una amplia tipología de mobiliario.Más información aquí.